
No es sorpresa que una vez más nos encontremos ante una obra digna de ser venerada como un tributo en un altar musical. La legendaria banda NILE ha regresado con uno de sus álbumes más eclécticos hasta la fecha, demostrando una vez más su maestría para fusionar violencia y cultura en una amalgama sonora única.
Lo único predecible en este lanzamiento es la fuerza convergente que siempre ha caracterizado a Nile. Inspirándose en la egiptología y en textos sagrados míticos como El Libro Egipcio de los Muertos, la banda reafirma su posición como uno de los mayores desafiantes del pensamiento humano a través de su música.
El álbum arranca con Stelae of Vultures, un poderoso viaje sonoro que rinde homenaje a uno de los reyes más imponentes de la antigüedad. Esta pieza es un torbellino de violencia y cultura que combina la esencia del death metal con toques modernistas en cada estructura, reflejando a la perfección el arte que decora la portada del disco.
El segundo track se presenta como uno de los himnos más memorables y emblemáticos de esta obra. Su complejidad musical es tan majestuosa que desafía cualquier intento de clasificación, ofreciendo secciones rítmicas grandiosas que invitan al oyente a reflexionar sobre la verdadera esencia del heavy metal.
En la cuarta pieza, el álbum ofrece un respiro momentáneo, aunque no por ello menos impredecible. Su elemento sorpresa, que no revelaremos para no arruinar la experiencia, añade una capa inesperada y profunda que intensifica aún más la travesía auditiva.
A continuación, un interludio de 1:18 minutos nos transporta a la historia de Nephren-Ka, figura emblemática del primer álbum de Nile, sumergiéndonos en una atmósfera que mezcla historia y leyenda.
Desde ahí en adelante, el oyente es arrastrado por melodías hechizantes, riffs aterradores y sonidos de llantos y sollozos, sumergiéndose en una auténtica ópera de terror auditiva. Desde los últimos segundos del track siete, el disco se convierte en una abominación sonora — en el mejor sentido — que culmina con una pieza instrumental final que se siente como un lamento profundo y devastador.
Destructivo, imponente y sublime, este nuevo trabajo de Nile se erige como un hito en la evolución del metal extremo y un viaje oscuro del que es difícil regresar.